El azúcar sería peor que la sal en patología cardiovascular
El azúcar sería peor que la sal en patología cardiovascular
Un estudio señala que las directrices dietéticas deberían insistir más en el papel de los azúcares añadidos -particularmente la fructosa- y menos en la sal, para frenar la prevalencia de las patologías cardiovasculares.
CF | redaccion@correofarmaceutico.com | 11/12/2014 00:30
Según un estudio publicado en British Medical Journal, las directrices dietéticas deberían insistir más en el papel de los azúcares añadidos -particularmente la fructosa- y menos en la sal, para frenar la prevalencia de las patologías cardiovasculares.
Las recomendaciones dietéticas para reducir la presión arterial se han centrado en limitar la ingesta de sal. Sin embargo, los autores consideran que esos beneficios podrían ser discutibles, ya que la reducción media en la presión arterial tiende a ser relativamente pequeña y hay cierta evidencia que indica que una ingesta menor a 3 gramos de sal puede ser perjudical. Además, la mayoría de la sal en la dieta proviene de alimentos procesados, fuente de azúcares añadidos. “Ya hay evidencia en ciencia básica, estudios poblacionales y ensayos clínicos que señalan a los azúcares, particularmente la fructosa monosacárida, como actores principales en el desarrollo de la HTA”, explican los autores.
Los científicos apuntan hacia el jarabe de maíz alto en fructosa, el edulcorante más usado en la comida procesada, especialmente en las bebidas de frutas y gaseosas.
El trabajo sugiere que las personas cuya dieta incluye un consumo de azúcares añadidos que supera al menos en un cuarto el total de calorías diarias, tienen tres veces más riesgo de patologías cardiovasculares que aquéllas cuya ingesta es menor al 10 por ciento.
Aunque los investigadores destacan que los azúcares presentes en frutas y verduras no son dañinos, una dieta alta en fructosa añadida se relaciona con el riego de sufrir hipertensión, altos niveles de insulina, un perfil de lípidos en sangre desfavorable y síndrome metabólico.